viernes, 5 de agosto de 2011

tiempo



solía hacer tantas cosas... recuerdo que me gustaba esconderme bajo la cama, mis piernas no las alcanzaba a cubrir el catre, pero eso no era un problema para mi, mi intensión no era huir de alguien si no de algo, del tiempo, de las palabras, de personas riendo, de personas llorando, de hacer cosas, simplemente de ser normal.
Bajo la cama era como otro mundo, suena gracioso pero las personas ni por que me vieran ahí no me interrumpían en mi soledad y eso era maravilloso a mis seis años.
A veces cuando estaba todo oscuro invitaba a Taton, el me hacía compañía, el siempre escuchaba y no criticaba mis bastante criticadas ideas, el solo me miraba, sus ojos brillaban y su sonrisa era permanente e inmodificable, todo eso me daba tranquilidad y aunque mis hermanas me miraban detenidamente desde el mundo tan distinto que era afuera del catre, así como si fuera un fenómeno un tanto antisocial, yo no me sentía distinta a ellas, solo quizás un poco mas inteligente, me parecían un tanto estúpidos muchos de los juegos y programas de televisión que acostumbraban mirar, aunque si me producía un poco de envidia verlas tan felices con cosas tan simples, lo que para mi era que me regalaran un payaso, para ellas era que una amiga las fuera a buscar a la casa para jugar a la mama y el papa ._.

Muchas veces mis padres me encontraban a las dos o tres de la madrugada jugando bajo la cama o bajo la mesa. En las noches era cuando mas recurría a mis tan queridos escondites, el insomnio era algo de todos los días, y aunque mis padres siempre pensaron que era por que tenia miedo de los fantasmas y las sombras que aparecían en mi cuarto yo reiteraba que no sabia dormir de noche, se me hacía imposible, cerraba los ojos y sentía la necesidad de volver a abrirlos, como si me fuera a perder de algo, como si algo estuviera ahí a punto de salir y si venia por mi yo no iba a estar despierta para verlo.

Ayer me puse a ordenar la habitación, y no encontraba por ninguna parte a Taton, así que mire por debajo de la cama y ahí estaba, en el rincón, como en los viejos tiempos, sentí nostalgia pero también me sentí bien, me puse a pensar de que muchas personas cuando eran pequeños se dedicaron a hacer cosas que hoy no los llenan, mientras yo... yo pensaba, yo soñaba, yo agradecía la tranquilidad, escribía cosas que hoy leo y me hacen dudar si de verdad era yo la autora de cosas tan mágicas. Hecho de menos todo eso, la vida soñando, hoy veo la realidad y aún a mis 19 años siento que la vida es tan corta y se va tan rápido, y pienso en todas las cosas por hacer y que el tiempo sigue avanzando, y que cuando me desocupe de todo ya no habrá tiempo para volver a soñar como en esos tiempos :c


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