lunes, 22 de agosto de 2011

mas cuentos


Erase una ves un buen hombre, noble y bondadoso que tenia una mision
el y toda su aldea vivian bajo la potestad de un cruel y sanguinario gobernador
el cual los hacía trabajar en condiciones catastróficas, bajo el sol, sin alimento ni descanso
el consideraba que su proposito en la vida era liberaran hasta el ultimo de los habitantes de la aldea abusado.
Un día pidió hablar con el gobernador, y el lo recibió
el hombre le rogó clemencia, pero solo recibió humillación
y entre tanta carcajada, algo que lo dejo pensando, el gobernante le dijo
¨si tu, un hombre bueno, sencillo y agradecido de la vida se presentara ante mi persona con las manos manchadas de sangre inocente, solo ahí podría sentirme la segunda persona mas egoísta en el mundo, solo así me vería en la obligación de cederte el mando¨.

El hombre se marcho cabizbajo, sabía claramente que ante tamaña blasfemia el no podía hacer nada. Al volver sintió que algo no iba bien, la gente caminaba en sentido contrario a el, con sus caras bañadas en tristeza, vistiendo de luto y marchando como si en su espalda llevaran al mismo difunto, en sus ojos abundaba el dolor, pero no podía descifrar el motivo.
Corrió a su hogar y vio a su padre postrado en la cama moribundo, se sentó a medio catre y le dijo: No padre, es nuestra lucha. Y el padre le respondió: Hijo, así debe de ser, por que es nuestra lucha.
Entonces el Hombre lo descifró, el padre lo miro, tranquilo, entero y poco a poco cerro los ojos. El Hombre posó su mano en el pecho del yaciente anciano, y de su bolsillo sacó una cuchilla con la cual le atravesó todo el pecho, lo tomo entre sus brazos y camino con el hacía la morada del gobernador.
Al llegar azotó el cuerpo vació de alma contra el piso, dejando correr la sangre por doquier, el gobernante al verlo, quedo ciego, en el solo pudo encontrar dolor e irá, lentamente quito su corona de su calva cabellera y acomodo sobre el castaño cabello del desconsolado hombre.

El Gobernador se marchó, camino y camino hasta que su sombra desapareció en el paisaje, nunca mas se le vio y el humilde hombre gobernó por muchos años, justa y sinceramente, les dio una vida justa a cada habitante y una sepultura digna a quien salvó a la aldea, a quien se ganó el agradecimiento de todos, a su padre.

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