Mientras entes que no entendían mi condición me sujetaban de brazos y piernas
yo en el silencio y la oscuridad lloraba, y rezaba. Pedía al Señor que todo acabara de una ves.
Observaba como todo el mundo me miraba y no me veía ahí, mientras mis lagrimas caían iban lentamente quemando mi piel que casi no me pertenecía, solo era fuego, solo era infierno.
No quería mirar, pero los espíritus en esa habitación cortaron mis parpados, no sentí dolor, el dolor interno era mas fuerte. Y mientras todo pasaba el estaba ahí, todo el tiempo, al fondo del pasillo, riendo y gozando, vanagloriándose, atribuyéndose todo el merito, alimentándose de mi agonía, pero cuando ya me resignaba a dejar todo por cuan luché lo vi, entendí todo, porfin descifre el mensaje.
Mis temores se fueron, en mi cuerpo otra ves solo estaba yo, y él aún seguía ahí, pero ya no sonreía, por que yo si lo hacía.
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