lunes, 29 de junio de 2020

Tietze

Siempre que escribo existe un dolor en mi alma, siempre, todo lo que escribo es producto de una herida psicológica o mental que deseo sanar expulsando lo malo de la única forma que se me ocurre. Hoy no, hoy no es solo eso, lamentablemente. 
Sí, me siento herida, quizá, como muchas personas en la actualidad, pero aun así siempre he podido vivir con ello, la tristeza y el miedo siempre me han acompañado de una u otra forma en todas las etapas de mi vida. Hoy hay un dolor diferente en mi, esa clase de dolor con el que intentas interactuar, esa clase de dolor que no escondes porque no puedes, porque duele de verdad, le muestras a otros el punto exacto en donde comienza, cada vez que hablas de el tus ojos no pueden evitar lagrimear, es una sensación horrorosa, y aveces pienso si querrá quedarse toda la vida alojado en mi o si seré capaz de vivir toda la vida soportándolo. 
Realmente no se en que momento comenzó, solo se que por mucho tiempo lo ignoré, pensé que se iría al pasar de unos días, pero no fue así.
Hubo un día en el que me sentí realmente angustiada, perdida, daba vueltas por la casa y no sabia que hacer, tenia algunos problemas, tenia mucho nerviosismo, y miedo, como siempre, pero no lograba expulsar nada de eso. Intente conversar con algunas personas, intente lastimarme, intente estar drogada por muchos días, pero aun así, no podía llorar, no podía dejar salir lo que tenia adentro, me había puesto una coraza tan poderosa, que no era capaz de destruirla, y en el espejo me decía a mi misma que no importaba, que podía ser débil algunas veces, que estaba bien sentirse débil y que las lágrimas aliviarían ese gran peso que estaba cargando, pero hubo algo dentro de mi que no creyó ninguna palabra, algo dentro de mi se negaba a soltar.
Luego de eso, cada día que pasaba, sentía una presión, era en la altura del pecho, aveces era una pintada, aveces era un dolor constante, mientras mas me asustaba, mas agudo se volvía. Intentaba no desesperarme, intentaba meditar, hacía ejercicios de respiración, pero nada funcionaba, yo sabia que era mi mente, pero ella no me escuchaba, le intentaba explicar que me sentía bien, que estaba relajada, que todo pasaría, pero no funcionaba, en el fondo mi mente no me creía, quizá ya estaba aburrida de lo mismo, todo el tiempo prometiéndole que la angustia pasaría, haciéndole creer que algún día estaría realmente sana, realmente feliz.
El cuerpo es tan sabio, nuestro organismo entero es tan perfecto, el no sabe de mentiras, podemos hablar con mucha gente y visitar a muchos doctores pero la mente y el cuerpo lo saben todo, ellos actúan en pos de lo que estas sintiendo, y todo lo que me estaba pasando, tristemente, yo me lo estaba provocando. No me atrevería a decir que era mi culpa, la vida, las decisiones que tomamos, la gente con la que nos cruzamos, el entorno en donde nos desarrollamos, y los recuerdos que se quedaron grabados, todo eso puede afectar, todas las cosas que vivimos día a día, que vemos y escuchamos pueden afectar, cada error, cada decepción, cada frustración y todos esos miedos que vamos acumulando en la espalda pueden ser factores gatillantes, pero repito, porque por fin lo entiendo, no es mi culpa, no es tu culpa. 
Aun duele, quizá duela por un tiempo mas, quizá el dolor se vaya y vuelva como un péndulo, como una especie de sensor del temor, colándose entre mis costillas, atemorizando a mi pecho izquierdo, y clavándose como cuchillo hasta la espina dorsal, aveces bruscamente, aveces tiernamente como un medicamento liquido que se cuela por donde puede, paralizandome, paralizando mis días, buscando en mi un poco de humanidad, explorando en mi interior hasta hallar una pequeña gota de sensibilidad, de debilidad real, de esa que te hace pedir ayuda, de esa que te obliga a pedir refugio en otros, aun cuando desconfies de todo, no importa, solo te estas permitiendo caer sin haber planeado el aterrizaje.


sábado, 4 de enero de 2020

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Te confesaré algo. La verdad, nunca quise que se acercaran, nunca necesite su aprobación, nunca anhele su cariño, al contrario, yo quería que pasara todo así, tal cual como pasó. Los estaba alejando, me estaba haciendo fuerte, quería sentirme sola, realmente sola, no me importaba tener que llorar e interiorizar todo, sabía que era por una buena causa, en el fondo yo sabía que tarde o temprano ya no estaría triste, y podría marcharme por fin, sin sentir la necesidad de regresar. 

sábado, 6 de mayo de 2017


Cuando estaba contigo, te miraba dormir por las noches y pensaba que si tuviera la oportunidad de volver al pasado y enmendar mis errores, y tomar otros rumbos, cualquiera sea el destino, te hubiese vuelto a elegir. Te hubiese buscado a donde estés, a donde sea, y cual si fuera una loca, hubiese hecho lo imposible por tenerte en mi vida, nuevamente. Estaba convencida de que eras todo lo que necesitaba para ser feliz.  Aun cuando todo se estropease, nunca me hubiese sentido derrumbada, nunca hubiese pensado que todo salió mal, porque todos los caminos me hubiesen conducido a una vida a tu lado. 
Hoy, que ya no te tengo, y que han pasado bastantes días sin dormir a tu lado, intento entender como solía amarte tanto, con tanta pureza y solidez. ¿Como es que alguna vez estuve dispuesta a tanto y hoy solo eres un buen recuerdo?. ¿Como me prometí a mi misma que en cualquier destino te buscaría?. Aveces pienso que es porque en el presente, cuando te miro, ya no te veo ahí, pero al cerrar los ojos si te veo en mis vivencias pasadas. Ahí te haz quedado, y muchas veces lloro y me siento horrible, y es porque no se en que momento desaparecimos, ambos. 
Muy en el fondo, lo triste de esta historia no es ya no amarte, si no despedirme de aquella felicidad que alguna vez abracé y me hacía estremecer. Aceptar que ya no volverá, y vivir en la incertidumbre de volver a experimentar algo así. 


sábado, 18 de abril de 2015

Spectral Lore

solo nosotros somos dueños de nuestra verdad, lo que exteriorizamos esta muy lejos de la realidad.



sábado, 14 de marzo de 2015


El solía decir que no le gustaba la forma en que me
 expresaba hacía su persona, que no le respetaba. 
Sus limpias y recatadas palabras me hicieron sufrir
 aún mas que cualquier puto garabato. 




sábado, 31 de enero de 2015

recuerdos

31 de Enero de 2015.

Son las seis y un poco mas de la mañana, y me he tenido que levantar de golpe a buscar lápiz y cuaderno por que he vuelto a recordar. Antes de volver a olvidar, necesito escribir todo exactamente como se me ha planteado. 

Cuando era pequeña solía escaparme al cementerio cerca de mi casa, a sentarme en la tumba de mi abuelo, también solía ir a los baños antiguos de mi colegio, o sentarme en el techo del garaje de mi casa y solía hablar con personas. 
Eran diálogos extensos, recuerdo que ellos me escuchaban y me respondían claramente. 

Mis padres les contaban a la gente, a mis espaldas, que yo hablaba con amigos imaginarios. Pero no era así, nunca se los dije, bueno, hasta varios años después, Yo con certeza creía que eran espíritus. 
Animas, muertos, fantasmas, como les quieran decir, eso sentía que eran. Y aún así yo no les temía, eran mis amigos y me hacían compañía cuando yo estaba triste y me sentía sola. 

Recuerdo que me levantaba por las noches, cuando todos dormían, y llevaba mis juguetes bajo la mesa del living. Recuerdo que jugaba a la caja registradora o algo así, y alguien se colocaba tras la silla. Hasta que un día ya no fue divertido, comenzaron a llegar personas muy raras que me colocaban incomoda, entonces, yo tomaba los manteles y los colocaba alrededor de la mesa para poder jugar con ellos sin verlos. No los quería dejar de lado. A mi no me gustaba cuando la gente me dejaba de lado. 

Con el tiempo todo cambió, mientras crecía me volvía mas cobarde y ya no salía a jugar por las noches, ni si quiera bajaba de la cama, es mas, me escondía bajo las tapas, por que por la puerta podía verlos llamarme. Cada día recuerdo menos, er de ves en cuando tengo sueños en donde los recuerdo un poco. Sus ojos, su forma de comunicarse, aveces les costaba, aveces no modulaban bien, recuerdo lo bien que me hacían sentir. 

Me hacía sentir bien saber que otros niños temían a cosas que para mi eran normales. Ellos podían tener mas amigos, mas juguetes, mas inteligencia, podían ser altos y burlarse de mi estatura o del moño horrible que me hacia mi mama, pero no podían caminar en la oscuridad con la tranquilidad que lo hacia yo, temían a estar solos y yo no, a ser diferentes y yo no. Supongo que porque nunca me sentí sola y discriminada, siempre hubo alguien que quisiera estar conmigo.

Las personas pueden creerme o reír, pueden criticar o intentar desmentirlo. Yo no puedo decir mucho al respecto, solo recuerdo un par de cosas. 

Un tiempo, ellos se acercaban violentamente por las noches cuando yo los ignoraba, yo llamaba a mis padres y ellos aveces me escuchaban, entonces con solo verlos o escucharlos me sentía mas tranquila. Y aveces no, aveces no me escuchaban, y por mucho que intentara esforzarme, mi voz no salía, eso me desesperaba aún mas. 

Hoy han pasado muchos años, y aun tengo pesadillas con respecto a eso. Aveces estoy semi despierta mirando la tele y escucho ruidos en la habitación, entonces intento quedarme dormida, pero al cerrar los ojos veo imágenes, como fotografías en donde puedo verlos por parte, y me envuelve una sensación de culpabilidad. Intento gritar o moverme pero me es imposible, solo de ves en cuando puedo mover un poco mis dedos, entonces les comienzo a hablar, les pido que por favor se vayan, entonces lentamente comienzan a retroceder y por fin puedo abrir los ojos y los gritos salen solos, no los controlo. Me gustaría conocer a alguien que halla pasado por lo mismo, que me entienda. 

Siempre que están ahí todo es oscuro, solo hay rostros, y comienzo a pensar que nunca saldré. Temor a no volver a despertar. 

Ahora me siento mas aliviada, es la primera ves que logro escribir tanto sobre mi pasado, y el único ejercicio que tuve que hacer fue recordar momentos de mi infancia que me hacían feliz. Que paradoja, en donde no crees hallar respuesta, la encuentras. 

Han habido momentos de mi vida en donde he superado por completo todo esto, y muchas cosas mas, pero, la vida se ha encargado de recordármelo cada vez que pueda. Fotografías, sueños, personas, lugares, sonidos. Todo me hace retroceder. 


El principio del fin




y el joven, cabizbajo le dijo 

"Porque desconfías de mi?, me lastimas. Nunca haría algo que te hiriera"

A lo que ella le respondió con los ojos húmedos...

"No puedo confiar en ti, aún así no me importa, solo deseo que no lo vuelvas a hacer, solo deseo algún día confiar en ti"

Él la abrazo, y junto al placer de sentir por fin sus suaves mejillas, lo acompañaba el dolor de saber que había obrado mal, que aún conociendo sus cicatrices, había logrado volver abrir sus yagas. Y esas ganas de sentir que por fin recuperaba un trozo de su hombría al haber lastimado a quien fuese una de las personas mas valientes que el conocía, al contrarío, poco a poco se iban transformando en culpa, en una increchente culpa que por las noches no lo dejaba dormir.