martes, 14 de septiembre de 2010

Lidia ♥



Pálida la piel, labios rojo oscuro como de haber mordido de mi cuello y bebido de mi sangre, pelo largo que en momentos de angustia con sigo misma peina sobre su cara, mas que por temor, por vergüenza a no poder mirar a los ojos y sentirse quien es. La puedo ver por las mañanas caminar hacia el colegio, con la cabeza agachada, hombros encorvados y atuendo negro, o aveces violeta, dos colores que me inspiran mucha tristeza la cual se complementa muy bien con el gesto de su rostro al caminar, como si el mundo la viniera siguiendo para devorarla y remarcarle lo tonta y poca cosa que es.
Cuando la gente se le queda mirando, ella lo percibe rápidamente y sigilosa observa y luego mira con desaire, como con rencor y a la ves lejanía de todos. Aveces pienso que se siente perdida, e intento acercarme, pero luego... Luego reflexiono y me arrepiento, por que, ella tal ves concentre dolor en su interior, y se pinte el cabello de color para que la gente se fije en eso, en sus fachas, en sus uñas rojas y sus peinados estrambóticos y no en su rostro, en su mirada perdida en el espacio la cual tanto odia como a todo su ser. Practica perforaciones en su cuerpo para sentir un físico dolor, para olvidarse del que existe en su corazón, y quizá esta adolescente con apariencia de pequeña cada noche tenga que esperar con ansias a la mañana, por que su conciencia ya no la deja dormir, y por temor a que un día se abra una ventana en blanco en su habitacion y la invite a vivir la vida dentro de los sueños y no de su depresión y ella no este despierta para acceder. Para por fin encontrarse con todo lo que anhela, su pequeño mundo de otoño eterno, en donde la sangre no coagula pero el ser sigue ahí, a donde van todas las personas perdidas, por que sientes que estando allí han llegado a destino..


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