domingo, 14 de diciembre de 2014

Elijo rendirme

He cometido un sin fin de errores, he tomado malas decisiones, eso me somete ha estar mucho rato varada por ahí, en mi mente, pensando en que hubiese pasado si... Me imagino que a todos les pasa, pero no por tanto tiempo. También me imagino que todo esta mal, que ya no hay solución, no me vuelvo a levantar.

Todo el tiempo hago las cosas mal, todo el tiempo las cosas salen mal, y cada ves que pasa no logro ponerme de pie.

Debería estar acostumbrada, pero no. Cada ves que caigo el mundo se me viene en cima y solo me tapo con las sabanas de mi cama. Parece sorprendente, como un simple problema puede hacer que quiera despojarme de mi vida. Y sabes que me hace sentir peor aún? Ver todos los días gente con problemas mucho peores. Grandes luchadores que se levantan ante situaciones horrorosas.... y yo? yo solo quiero encontrar el botón que me lleve a dormir eternamente. Aunque aveces pienso que enfrentar ese camino me da aún mas miedo.

Entonces puedo concluir que al igual que vivir, la muerte también me da miedo. Que hace una persona que sufre de fobia a estas dos cosas?

Hay otra cosa que también me hace sentir horrible, y es cuando las personas me intentan ayudar argumentando que todo es tan fácil. No sabes las ganas que tengo de matar cuando una persona que tiene años preparándose para ayudarte a encontrar la solución a tu problema te comienza a hablar de lo hermosa que es la vida, de las mil y una cosas que eres capaz de hacer, te hace recordar los momentos bonitos que haz vivido y que no volverán y las personas que te aman y a quienes todos los días serías capaz de dejar por una crisis. Por una puta, simple e insignificante crisis. Que bien te sientes después de que alguien, indirectamente, te dice que eres la persona mas malagradecida y desconsiderada del mundo.

No señores. las personas como yo siempre tendremos un motivo para sentirnos mal. Aveces ni si quiera logramos divisar el motivo, aveces solo lloramos y necesitamos escondernos del resto, para no sentirnos tan insignificantes, para que la gente no nos juzgue por serlo. Yo muchas veces no se por que me siento tan mal, pero aún así, elijo rendirme.





Ella no caminaba de ninguna forma hacia el abismo, pero se vio envuelta en él y ya recién al abrir los ojos se dio cuenta de lo sucedido. Su cara se desfiguro de espanto, pero ya no habría mortal alguno que pudiera verlo, sus manos temblorosas estaban heladas, tan frías que casi no podía sentirlas, aún si quiera podía descifrar si realmente las sentía o todo era parte de una ilusión. No había dolor, pero ella sentía una presión en el pecho, casi que le atravesaba la carne, casi que le atravesaba mas allá de cualquier órgano. Luego ya no había tiempo para sentir, ni para pensar con cordura, la desesperación la hacia delirar.

Sin poder sostener sus piernas, se vio rodeada de hiedra, le hacía cosquillas en las mejillas, entonces por fin comenzó a recordar. Repetía una y otra vez

"En la ventana, yo estaba en la ventana
yo solo observaba, solo estaba sentada ahí"

Ella intentaba juntar las piezas. Por momentos, en sus pensamientos, se cruzaban imágenes, pero luego todo se tornaba borroso y sin sentido. Miró hacia atrás, y a lo lejos, pudo divisar un camino, una salida, pensó ella, que quizá la llevaría lejos de su tristeza. Pero aún desconcertada y queriendo aclararlo todo, permaneció inmóvil en el lugar, a la espera de algún vestigio, de alguna pista, de alguna respuesta.

Paso tanto tiempo que su dolor comenzó a secarse, y su piel se aferró a la hiedra, mas su delirio incremento, y ese camino que antes solía susurrarle a la espalda, se había marchado sin ella.

La vida, camina a un lado de nosotros, no podemos verla, pero nos jactamos hablando de ella, hablando por ella. Tan frágil, tan falsa, intentamos hacernos los fuertes, levantarnos, por mucho que cueste. Lograr encadenarnos a ella. Pero se lastima y se va cuando menos lo esperas. Aveces, incluso antes que nuestro cuerpo.