sábado, 31 de enero de 2015

recuerdos

31 de Enero de 2015.

Son las seis y un poco mas de la mañana, y me he tenido que levantar de golpe a buscar lápiz y cuaderno por que he vuelto a recordar. Antes de volver a olvidar, necesito escribir todo exactamente como se me ha planteado. 

Cuando era pequeña solía escaparme al cementerio cerca de mi casa, a sentarme en la tumba de mi abuelo, también solía ir a los baños antiguos de mi colegio, o sentarme en el techo del garaje de mi casa y solía hablar con personas. 
Eran diálogos extensos, recuerdo que ellos me escuchaban y me respondían claramente. 

Mis padres les contaban a la gente, a mis espaldas, que yo hablaba con amigos imaginarios. Pero no era así, nunca se los dije, bueno, hasta varios años después, Yo con certeza creía que eran espíritus. 
Animas, muertos, fantasmas, como les quieran decir, eso sentía que eran. Y aún así yo no les temía, eran mis amigos y me hacían compañía cuando yo estaba triste y me sentía sola. 

Recuerdo que me levantaba por las noches, cuando todos dormían, y llevaba mis juguetes bajo la mesa del living. Recuerdo que jugaba a la caja registradora o algo así, y alguien se colocaba tras la silla. Hasta que un día ya no fue divertido, comenzaron a llegar personas muy raras que me colocaban incomoda, entonces, yo tomaba los manteles y los colocaba alrededor de la mesa para poder jugar con ellos sin verlos. No los quería dejar de lado. A mi no me gustaba cuando la gente me dejaba de lado. 

Con el tiempo todo cambió, mientras crecía me volvía mas cobarde y ya no salía a jugar por las noches, ni si quiera bajaba de la cama, es mas, me escondía bajo las tapas, por que por la puerta podía verlos llamarme. Cada día recuerdo menos, er de ves en cuando tengo sueños en donde los recuerdo un poco. Sus ojos, su forma de comunicarse, aveces les costaba, aveces no modulaban bien, recuerdo lo bien que me hacían sentir. 

Me hacía sentir bien saber que otros niños temían a cosas que para mi eran normales. Ellos podían tener mas amigos, mas juguetes, mas inteligencia, podían ser altos y burlarse de mi estatura o del moño horrible que me hacia mi mama, pero no podían caminar en la oscuridad con la tranquilidad que lo hacia yo, temían a estar solos y yo no, a ser diferentes y yo no. Supongo que porque nunca me sentí sola y discriminada, siempre hubo alguien que quisiera estar conmigo.

Las personas pueden creerme o reír, pueden criticar o intentar desmentirlo. Yo no puedo decir mucho al respecto, solo recuerdo un par de cosas. 

Un tiempo, ellos se acercaban violentamente por las noches cuando yo los ignoraba, yo llamaba a mis padres y ellos aveces me escuchaban, entonces con solo verlos o escucharlos me sentía mas tranquila. Y aveces no, aveces no me escuchaban, y por mucho que intentara esforzarme, mi voz no salía, eso me desesperaba aún mas. 

Hoy han pasado muchos años, y aun tengo pesadillas con respecto a eso. Aveces estoy semi despierta mirando la tele y escucho ruidos en la habitación, entonces intento quedarme dormida, pero al cerrar los ojos veo imágenes, como fotografías en donde puedo verlos por parte, y me envuelve una sensación de culpabilidad. Intento gritar o moverme pero me es imposible, solo de ves en cuando puedo mover un poco mis dedos, entonces les comienzo a hablar, les pido que por favor se vayan, entonces lentamente comienzan a retroceder y por fin puedo abrir los ojos y los gritos salen solos, no los controlo. Me gustaría conocer a alguien que halla pasado por lo mismo, que me entienda. 

Siempre que están ahí todo es oscuro, solo hay rostros, y comienzo a pensar que nunca saldré. Temor a no volver a despertar. 

Ahora me siento mas aliviada, es la primera ves que logro escribir tanto sobre mi pasado, y el único ejercicio que tuve que hacer fue recordar momentos de mi infancia que me hacían feliz. Que paradoja, en donde no crees hallar respuesta, la encuentras. 

Han habido momentos de mi vida en donde he superado por completo todo esto, y muchas cosas mas, pero, la vida se ha encargado de recordármelo cada vez que pueda. Fotografías, sueños, personas, lugares, sonidos. Todo me hace retroceder. 


El principio del fin




y el joven, cabizbajo le dijo 

"Porque desconfías de mi?, me lastimas. Nunca haría algo que te hiriera"

A lo que ella le respondió con los ojos húmedos...

"No puedo confiar en ti, aún así no me importa, solo deseo que no lo vuelvas a hacer, solo deseo algún día confiar en ti"

Él la abrazo, y junto al placer de sentir por fin sus suaves mejillas, lo acompañaba el dolor de saber que había obrado mal, que aún conociendo sus cicatrices, había logrado volver abrir sus yagas. Y esas ganas de sentir que por fin recuperaba un trozo de su hombría al haber lastimado a quien fuese una de las personas mas valientes que el conocía, al contrarío, poco a poco se iban transformando en culpa, en una increchente culpa que por las noches no lo dejaba dormir.