martes, 17 de diciembre de 2013

reconociendo



Odio estar triste, odio sentir pena de mi misma.
Odio sentirme sola, incomprendida y tal ves equivocada.
No odio la vida que me tocó, odio como elegí vivirla.
Odio sentirme como me siento, odio llorar...
 me hace sentir mas débil de lo que soy.
Odio tener que reprimir mis sentimientos,
pero mas me odiaría si los expresará, si las personas
que me importan y que me hacen sufrir a diario se dieran cuenta
del daño que me causan.
Aveces quiero explotar, aveces quiero romper en lagrimas
y hablar con la verdad, pero sé que solo es mi verdad, no es en
la que creen ellos, nunca podré influir en su pensamiento.
Quizá siempre he estado equivocada,
quizá debería quedarme callada y acatar
o quizá debería arrancar y dejar toda esta mierda atrás
quizá debería dejar de automutilarme, pero...
quizá debería dejar de romper cosas, pero..
quizá debería dejar de odiarme, pero...
pero no quiero gritar, quiero mantenerme en la invisibilidad.
Automutilarme me hace daño, lo sé
tengo un problema, quizá muchos, lo sé
pero no puedo hablar muy fuerte,
no pueden voltearse a ver mi ojos rojos y mojados
no puedo dejar que lo hagan
quiero ser mas fuerte
desearía ser mas fuerte
quisiera ser lo que ellos quieren que sea
pero para nadie es suficiente, nunca lo es
el dolor me tranquiliza, me hace inhalar
boto el aire y por fin siento que lo dije todo
aunque todo sigue ahí, me siento mas ligera.

sábado, 23 de noviembre de 2013



- no nos volveremos a ver. Bueno?

No respondió.
El cerró los ojos y sin gesto alguno en su rostro, perdió el aliento.
El ataúd desendiose hasta lo mas profundo y el silencio apoderóse del bosque.
En el sacramental todos los cuervos permanecían de luto, y el viento ya no cantaba su canción.
Ella poco a poco desvanecía en vida, deseando acabar con todo, pero temiendo por lo que hubiese luego del sendero al que todos intentar llegar guiados por una luz.
Las lagrimas deslizóse lentamente por sus mejillas sellando un ciclo, pero el dolor..

el dolor abrió un portal, que daría paso a un rencuentro. A un nuevo comienzo.

miércoles, 12 de junio de 2013

29 de junio de 2013




yo amo estos ojos, los amo desde la primera vez que los vi. Son los ojos que me dieron la vida, son los ojos que me vieron nacer. Yo no les pido nada a ellos, solo que me miren siempre, que estén siempre ahí. Quiero que sean los ojos que me vean morir, no toleraría verlos cerrarse antes que los míos, me dan seguridad, ellos creen en mi, aún mas que yo misma. De pequeña los solía besar, hoy me cuesta un poco hacerlo, son tan frágiles, tan verdaderos, tan llenos de vivencias. Ojalá algún día te sientas tan orgulloso de mi, como yo lo estoy de ti.


martes, 11 de junio de 2013

.

                      




Era otoño y tocaba el timbre para el receso de clases, todos corrían a la puerta, se empujaban para salir de la sala, no se que habría fuera que les llamara tanto la atención. El profesor apilaba sus papeles y los depositaba en su tan típico maletín de cuero negro. No se marchaba sin antes hacer una gesticulación que al parecer significaba un "¿porque tan triste?", a lo que yo agachaba la cabeza. Cuando ya no quedaba nadie en el lugar, me levantaba y caminaba lentamente hacia la puerta, tenia una vidriera, y por ahí observaba a las personas afuera, conversar, jugar, divertirse. Yo pude haber hecho esas cosas, yo quizá debía estar ahí con todos ellos, actuar como ellos, pero estaba cansada, a mis dieciséis años ya estaba cansada de actuar, realmente no me gustaba estar ahí parada mientras la gente me miraba desde afuera como un fenómeno, pero menos aún quería estar con esas personas. No se porque les tenia ese rechazo tan grande, al escuchar lo que hablaban solo quería correr a mi casa y sentirme segura, sentirme... no diferente a ellos, me dañaba profundamente el no poder encajar, realmente me hacía pensar que siempre sería así, que siempre estaría sola. No me daba cuenta de lo errónea que estaba.  Si pudiera volver atrás solo cambiaría una cosa, el no sentirme culpable.